La dependencia emocional en la adultez está relacionada con una necesidad insatisfecha durante la infancia, de manera que el adulto intenta cubrir desadaptativamente dicha necesidad a través de otra persona.
Cuando un menor sufre un abandono por parte de los progenitores (padres fríos, impredecibles, focalizados en exceso con otros hermanos con dificultades, exigentes, críticos, ausentes) o de otras figuras importantes para ellos (hermanos, abuelos), no tiene recursos suficientes para dar sentido a esa conducta de desatención. A causa de esta incapacidad, el menor se hace responsable de dicha conducta al pensar que hay algo malo en él y se obligará a esforzarse más para ganarse el cariño de esa persona ausente.
A partir de este momento se crean 3 esquemas nucleares:
- Yo no soy creíble.
- Yo no soy merecedor.
- Yo no soy válido.
A pesar de estos esquemas, siempre están a la espera de recibir amor, validación y seguridad, de manera que se pasan la vida buscando el afecto en otros y nunca claudican. Necesitan un vínculo de apego en pareja para que esa persona, externa a ellos, les reafirme que son valiosos y suplir así sus carencias emocionales.
A los dependientes emocionales no les vale cualquier persona, sino que se fijan en personas seguras de sí mismas donde volcarse por completo. Pueden usar relaciones de transición hasta encontrar a la persona que realmente buscan.
Cuando encuentran a la persona que consideran adecuada, la idealizan y empiezan a sentir alivio. En ese momento, interpretarán mal las señales (esta es la persona definitiva, me ha hablado porque le gusto) porque no hay un punto medio que les permita pensar con claridad y ser conscientes de que acaban de empezar una relación y que deben de esperar para ver como esta evoluciona. Alcanzarán fugazmente un alto nivel de euforia (felicidad) que pasará al vacío en el momento que vuelvan a sentirse rechazados (cuando la pareja se relaje y deje de mandar señales constantemente como mensajes, llamadas, sorpresas, etc.). A partir de este momento, empezará la angustia del dependiente emocional y empezará a necesitar (y a veces exigir) constantemente muestras de atención que son imposibles de suplir por la pareja y que llegan a desgastar la relación. Los dependientes emocionales son insaciables y nunca se cansan.
Al estar supliendo unas carencias internas que son muy dolorosas con otra persona, para el dependiente esta persona será el centro de su vida porque le ha aportado, por fin, seguridad. Eso hará que se vuelquen en la pareja y hagan sobreesfuerzos para mantenerlos a su lado porque saben que, si se van de sus vidas, volverán a sentirse vacíos, llenos de dolor y con miedo. Este sobreesfuerzo incluye conductas sumisas como adaptarse en exceso al otro, tolerar humillaciones, desprecios, vejaciones. Incluso pueden llegar a exigirse a ellos mismos dar más a la pareja (si me esfuerzo más seguro que me valorará más). También pueden exigir más a su pareja y mostrar explosiones de ir incontroladas al creer que no merecen lo que la pareja les da (pero sin hacerse valer).
Sufren ansiedad al estar en un estado de alerta constante (activación del sistema nervioso) chequeando las señales de su pareja (positivas y negativas).
Una vez la relación finaliza, los duelos son salvajes para el dependiente emocional, pero desaparece fugazmente cuando encuentran a otra persona (esto no ocurre en un duelo de pareja sano).
Este círculo vicioso de intentar suplir las carencias internas con una pareja genera la profecía autocumplida (los miedos del dependiente emocional se cumplen): su autoestima disminuye aún más, se fortalecen los esquemas nucleares, aumenta la hipervigilancia con otras parejas, más miedo al abandono, más conductas obsesivas de reafirmación, indefensión y confusión.
La sintomatología que presentan los dependientes emocionales son:
- Intolerancia a la soledad
- Creencia de que la vida solo tiene sentido en pareja.
- Dudas sobre sí mismos, sobre sus intereses, etc.
- Pensar que hay algo malo dentro de ellos sin saber que es.
- Egocentrismo: necesitan que todo lo que hace su pareja gire a su alrededor.
- Confusión sobre qué es apropiado o qué no en una relación. Pueden necesitar la opinión de otras personas para saber si dicha conducta es normal o no.
- Perfeccionismo y control.
Cabe destacar que estas personas pueden ser muy seguras en otros entornos como el laboral, ser buenos estudiantes, etc.
Nota: no todas las personas que en la infancia sufren un abandono generan dependencia emocional y muchos desarrollaran otro tipo de apego (evitativo, por ejemplo). Tampoco tiene porque desarrollarse obligatoriamente dificultades en las relaciones afectivas, ya que las experiencias con otras personas significativas pueden modificar dichos esquemas (ej. Uno de los padres ha aportado un vínculo seguro). La dependencia emocional es mucho más compleja que lo expuesto en este blog, que solo caracteriza a un porcentaje alto (pero no completo) de los dependientes emocionales.

